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San Vicente Ferrer es el patrón de la Comunidad Valenciana (España). Pero la devoción al mismo se halla extendida por la mayor parte de los lugares que recorrió a lo largo de su peregrinación.

 

Su elevación a los altares a mediados del siglo XV infundió gran vitalidad a la rememoración de sus hechos y fama.

 

La encuesta realizada por Roma en distintos lugares de Europa para desarrollar el proceso de canonización hizo florecer innumerables referencias, convertidas después en tradiciones, que junto a los documentos históricos sobre las contingencias de su biografía, conservados en los archivos locales, sembraron los reinos medievales de una profunda devoción.

 

Numerosas capillas, ermitas y altares recuerdan por todos los rincones de Occidente anécdotas apócrifas o históricas con fiestas populares, debido en gran parte al reguero de milagros y de objetos vinculados a su persona, avalados con reliquias, que dejó tras de sí en su periplo de apostolado y predicación.

 

Pedro Ranzano, el primer biógrafo de San Vicente Ferrer, intentará mostrar que su protagonista y héroe fue un auténtico fraile dominico y por ello el modelo prototípico del fundador de éstos el español santo Domingo de Guzmán (h. 1173 1221) estará ya presente tanto en el relato de su nacimiento como de su niñez.

 

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La vida de San Vicente Ferrer

 

Lo cierto es que pertenecía a una familia acomodada pues su padre era notario, lo que además de brindarle unos prestigiosos padrinos de Bautismo escogidos entre la nobleza y ciudadanos de renombre.

 

Posibilitó que a partir de 1357 gozase del beneficio de Santa Ana en la Parroquia de Santo Tomás.

Ello también hizo que iniciara estudios de latinidad en alguna de las Escuelas existentes entonces en la ciudad.

 

Si bien, según la tradición popular se entretenía también con los juegos de niños y jóvenes, pero sin olvidar sus actos de piedad.

 

Un día llamó a las puertas del vecino Real Convento de Predicadores, los dominicos. A principios de febrero de 1367 tomó su hábito, renunciando para ello al señalado beneficio eclesiástico de Santa Ana.

 

Sus cualidades intelectuales sobresalen, y a partir de 1368 hasta 1375 observamos cómo sus Superiores lo mandan en calidad de estudiante a Barcelona, o como profesor de Lógica en Lérida en dicha ciudad estaba el Estudio General de la Corona y de Ciencias de la Naturaleza en Barcelona, prolongando sus estudios de especialización en Toulouse (actual Francia).

 

De este período de estudios sobresalen su amor a la Biblia y sus conocimientos de hebreo, la impronta de la doctrina de su hermano de Orden santo Tomás de Aquino (h. 1224 1274) y la fuerza de su formación filosófica reflejada en sus dos Tratados filosóficos escritos a los 22 años y en los que desde los postulados de la filosofía aristotélica tomista responde a algunas afirmaciones del imperante nominalismo bajomedieval.

 

Hoy conocemos en parte a sus profesores, pero mucho menos qué huella dejaron en él. Hay que señalar el encuentro providencial con el también dominico Tomás Carnicer en Lérida que le aficionó más a las cosas espirituales.

 

Vicente Ferrer era ya una fuerte personalidad que irradiaba simpatía y atracción, aunque su posterior vida de estudiante en Barcelona esté revestida de tintes milagrosos como cuando profetizó la inminente llegada de unas naves cargadas de trigo en unos momentos de extrema necesidad para la ciudad.

 

Oración:

 

“Glorioso y poderoso padre mío san vicente bienhechor mío amabilísimo convencido de la gloria y poderío de que gozas ante dios y que ejerces en favor de todos los verdaderos devotos tuyos y animado también de grandísima confianza en tu poderoso patrocinio vengo a ti en visita humilde y me postro delante de tu santa imagen como un hijo ante su amoroso padre como un pobre vasallo ante su generoso rey como un afligido enfermo ante su compasiva médico heme aquí arrodillado a tus benditos pies lleno de pesares y tristezas de enfermedades y miserias lleno en fin de toda clase de necesidades en el alma y en el cuerpo a ti he acudido con toda mi fe y toda mi confianza para que te digan es remediar me sacándome de mis angustias y concediendo me los favores que te pido ayúdame pues santo mío poderosísimo y clemente sálvame de las dolencias que me afligen alcánzame de dios la gracia de convertirme de todo corazón a él y de servirle hasta la muerte consuela me y alienta me en todos mis trabajos con tu asistencia santa líbrame de todos los peligros que por todas partes me rodean y conserva me siempre la salud que necesito en alma y cuerpo para que de esta manera pueda cumplir los divinos mandamientos y las obligaciones de mi propio estado y pueda también seguir honrando te a ti mismo con devoción ferviente y con toda mi tierna gratitud por tus bondades de verdadero padre para conmigo escúchame santo mío acogiendo benignamente mis clamores y al concederme los favores que a ti te pido y espero concédeme también la gran dicha de invitarte en tus preciosas virtudes especialmente el amor a jesucristo redentor divino nuestro en la caridad para con mis prójimos en la mortificación de mis sentidos en la devoción tierna y constante a nuestra amantísima madre la santísima virgen del rosario y en fin en la meditación continua de mi muerte y del tremendo día del juicio así sea padre nuestro que estás en el cielo santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo danos hoy nuestro pan de cada día perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal amén dios te salve maría llena eres de gracia el señor es contigo bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre jesús santa maría madre de dios ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte amén gloria al padre al hijo y al espíritu santo como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos amén padre nuestro que estás en el cielo santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo danos hoy nuestro pan de cada día perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal amén dios te salve maría llena eres de gracia el señor es contigo bendita tú eres entre todas las mujeres bendito es el fruto de tu vientre jesús santa maría madre de dios ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte amén gloria al padre al hijo y al espíritu santo como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos amén padre nuestro que estás en el cielo santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo danos hoy nuestro pan de cada día perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal amén dios te salve maría llena eres de gracia el señor es contigo bendita tú eres entre todas las mujeres bendito es el fruto de tu vientre jesús santa maría madre de dios ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte amén gloria al padre al hijo y al espíritu santo como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos amén”.

 

Vicente Ferrer curiosidades

 

Es evidente que sus veintiún últimos años dedicados a la itinerancia apostólica, y los anteriores de plena actividad, le continuaron ofreciendo continuos contactos con el mundo judío y musulmán.

 

Vicente Ferrer quería la salvación de los hombres y que su mensaje llegase a toda clase de gentes. Algunos hechos van a ser motivo, aunque él fuera ajeno a los acontecimientos, a que se ponga en entredicho su figura al preguntársele o bien como causante de algo que nunca realizó, o bien como promotor de un ambiente hostil a las minorías religiosas.

 

Así, por ejemplo, unos lo han querido ver como impulsor de la revuelta de Valencia de 1391 que generó la matanza de los judíos y la conversión precipitada de muchos; mientras que otros autores, por el contrario, le presentan como el gran pacificador de la misma.

 

Lo cierto es que se encontraba ausente de la ciudad y que siempre rechazó enérgicamente todo atropello o lucha sangrienta con las minorías no cristianas.

 

Pero ello no debe hacer olvidar la actuación de Vicente a través de las conversiones realizadas gracias a su predicación. Sin entrar en su número, pues fluctúa bastante según las fuentes, sí hay que destacar que por los menos fueron convertidos importantes rabinos.

 

Tampoco puede negarse que, siguiendo el parecer del santo, algunas poblaciones tomaron acuerdos muy habituales en aquel tiempo, como por ejemplo ofrecer a los judíos en las ciudades un lugar separado de los cristianos y otras medidas segregacionistas.

 

Ni debe silenciarse el acuerdo tomado en Valencia ante los acontecimientos de 1391 de separar a los judíos conversos del resto de judíos. Se buscaba salvaguardar la fe de aquéllos. Su conciudadano, el franciscano Francesc Eiximenis, también era partidario de ello.

 

La actitud de san Vicente al respecto es muy similar a la de otros muchos de sus contemporáneos partidarios, por ejemplo de la predicación persuasiva a los judíos y sarracenos, con asistencia obligatoria por su parte.

 

En esta predicación se hará patente su manejo del hebreo y sobre todo el conocimiento de la Escritura junto con la Tradición. Su técnica oratoria, llevado siempre por el lenguaje directo y la expresión más familiar y popular, conlleva expresiones duras.

 

Expresiones no tanto de rechazo de los judíos como para la prevención de los cristianos, quienes a su vez también causaron atropellos que él condenó y que exigieron medidas enérgicas por parte de las autoridades.

 

Finalmente está su vinculación con la Disputa de Tortosa de 1413, promovida por Pedro de Luna en un afán por atraer a los judíos.

No intervino directamente en su desarrollo, cuya representación por el campo cristiano la llevó principalmente el converso Jerónimo de santa Fe, discípulo suyo.

 

Sí intervino en la predicación popular que se hacía paralelamente así como en la posterior redacción de la obra titulada Tratado contra los judíos. Fue editado y compuesto por mandato de Benedicto Papa por cuatro famosos maestros en Teología, uno de los cuales fue fray Vicente Ferrer dice en su comienzo Obra que está en la línea de controversia diálogo, según la mentalidad cristiana hebraísta y arabista del siglo XIII. La fe no se impone.

 

Debe darse persuasión, pero a través del estudio directo de las fuentes empleadas y por tanto del conocimiento de la doctrina de aquellos con quienes se dialoga. Así es cómo puede hablarse de persuasión eficaz.

 

Sólo así puede darse un clima de acogida favorable al mensaje que se predica.

 

Además Vicente desarrolló un trato peculiar con los convertidos, encomendando su formación y educación cristiana a personas seleccionadas, o preocupándose, como en el caso del converso musulmán Ametz Hannexa, que tomó el nombre de Vicente cuando se bautizó, de que él y su familia tuvieran una pensión para su socorro y sustento y pudiera prepararse adecuadamente para poder predicar la fe cristiana entre musulmanes y cristianos.